
Aloja Experience presenta "La Santa Estampita", el santo publicitario que trae creatividad y buena suerte en 2025. Inspirada en los santos milagrosos, esta acción llena de humor invita a marcas y agencias a creer en el poder de las ideas. ¿Estás listo para rendirle devoción a San Publicito y atraer campañas brillantes?


Averigua que San Publicito eres...
Descubre qué dice tu estampita sobre tu
personalidad de publicista ✨
San Publicito, Milagro de Última Hora:
Eres el elegido para los momentos de crisis, el héroe de los deadlines imposibles. Mientras otros entran en pánico, tú te arremangas y sacas adelante la campaña como por arte de magia (o café). No importa cuán ajustado esté el tiempo, siempre logras que todo quede espectacular, aunque eso implique entregar a las 11:59 p.m. con el corazón en la mano.
Frase típica: “Tranqui, lo sacamos. Solo necesito un milagro y cinco minutos más.”

San Publicito, Corazón Creativo:
Tu mente es un lienzo lleno de ideas explosivas. Eres el publicista que ve lo que nadie más ve y transforma lo cotidiano en arte. No necesitas reglas rígidas ni briefings perfectos; prefieres fluir, experimentar y desafiar lo convencional. Para ti, la publicidad no es solo vender, es emocionar, impactar y dejar una huella imborrable.
Frase típica: “Esto no es un anuncio… es una obra maestra.”

San Publicito, Señor de los Memes:
Tienes la habilidad de convertir cualquier idea en un éxito viral. Tu radar para detectar tendencias es infalible y sabes que el humor es el arma más poderosa para conquistar al público. Mientras otros debaten estrategias, tú ya tienes un meme que resume todo en una imagen perfecta. Para ti, si algo no se puede convertir en un trend, ¿realmente vale la pena?
Frase típica: “Esto necesita un meme. Confía en mí.”

San Publicito, Guardián de las Mil Revisiones:
Eres el santo patrón de la paciencia infinita y el maestro del ajuste eterno. Nada se aprueba sin pasar por tu ojo crítico. Si hay un error, lo ves. Si hay que hacer un “cambio mínimo” (que nunca es mínimo), lo haces sin perder la compostura. Sabes que la perfección no es un destino, sino un camino lleno de versiones y ajustes.
Frase típica: “Esto no está terminado… hasta que el cliente lo diga. Y lo cambie otra vez.”
